Hace 35 años, cumplidos dos años de la aprobación del primer Real Decreto de Ordenación de la Educación Especial, así denominado entonces, FIAPAS organizaba la I Jornada de Evaluación de la Integración Escolar del niño sordo. Celebrada en Navacerrada, Madrid, acudieron profesionales, padres y madres de toda España con el objetivo de conocer los resultados y problemas de la integración escolar, así como debatir, reflexionar y buscar soluciones.
Se trataba de la primera vez que se realizaba un trabajo de evaluación independiente a escala nacional sobre la integración escolar del alumnado con discapacidad auditiva implicando a familias y profesionales con perspectivas diferentes, pero unidos por un objetivo común: que los niños y niñas con sordera tuvieran las mismas oportunidades educativas que los oyentes.
Tras llegar a la conclusión de que la realidad escolar existente en ese momento no hacía posible la educación integrada a la que niñas y niños sordos tienen derecho, las personas asistentes redactaron varias peticiones que se trasladaron posteriormente al entonces Ministerio de Educación y Ciencia, entre las que destacaban la creación de cauces efectivos de detección temprana de la deficiencia auditiva; medidas efectivas de formación para el profesorado y otros profesionales implicados en el proceso integrador; que las escuelas dispusieran de los medios humanos y materiales necesarios que permitieran la individualización de la enseñanza; la dotación gratuita al niño con discapacidad auditiva de los medios técnicos que facilitaran su integración familiar, escolar y social o la participación con voz y voto de las entidades que trabajan con y por las familias de niños con sordera en cualquier comisión creada por la Administración para tratar temas relacionados con su inclusión.
Con matices, en el tiempo aún muchas de ellas permanecen vigentes.
