España es uno de los países más ruidosos de Europa y del mundo —solo superado por Japón, según la Organización Mundial de la Salud—, y en verano, lo es aún más. Fiestas, terrazas, coches, motos… el bullicio se multiplica y, con él, las barreras para las personas mayores que conviven con una pérdida auditiva. De hecho, se estima que entre el 28 % y el 30 % de la población española está expuesta a niveles de ruido superiores a los 65 decibelios, el umbral que la OMS considera perjudicial para la salud. Los entornos ruidosos, representan un desafío añadido para las personas con sordera, que ven afectado su bienestar emocional, social y físico.
En este sentido, la Confederación Española de Familias de Personas Sordas (FIAPAS) señala la necesidad de mostrar los retos invisibles a los que se enfrentan muchas personas mayores en esta época del año. Una iniciativa recogida dentro de su Programa para la Defensa de Derechos y Promoción de la Participación y Vida Activa de las Personas Mayores con Sordera (2025), llevada a cabo gracias a la financiación del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, con cargo a la convocatoria de subvenciones del 0,7, y la cofinanciación de la Fundación ONCE.
Y es que las reuniones familiares, las terrazas llenas o los conciertos populares pueden convertirse en escenarios de fatiga. “Muchas veces, en las reuniones familiares, llega un momento en que estás saturado por el esfuerzo mental que supone tratar de seguir el hilo de las conversaciones”, relata Alfonso, voluntario de la Red de Personas Mayores con Sordera de FIAPAS. “Pasa también cuando vas a un restaurante con mucha gente o al concierto de la plaza de tu pueblo. No oyes bien y lo que es casi más frustrante: oyes, pero no entiendes”, insiste Alfonso, usuario de implante coclear y audífono que comenzó a perder la audición a los 45 años.
Accesibilidad Auditiva
Los entornos ruidosos más propios del verano dificultan la accesibilidad auditiva, a la información y a la comunicación oral. Aunque el ruido es un obstáculo constante, en verano se multiplica por la frecuencia de los encuentros sociales. “El ruido siempre dificulta la comunicación de las personas con pérdida auditiva. Sin embargo, en verano, al haber más reuniones familiares, es importante prestar especial atención para que no se sientan aislados y puedan participar y disfrutar como los demás”, explica Javier Santos, audiólogo. Por este motivo, recomienda que las personas mayores que no oyen bien se ubiquen en lugares donde puedan ver bien a todos los interlocutores.
Cuidados de las prótesis auditivas en verano
Hay que tener en cuenta que, el calor extremo pone a prueba la resistencia de las prótesis auditivas. Aunque los audífonos e implantes auditivos están diseñados para soportar la humedad y el sudor, en el verano en la piscina o en la ducha, “si se mojan, deben secarse con un paño limpio y utilizar productos o deshumidificadores específicos, evitando remedios caseros”, advierte Santos. También recomienda tener cuidado con los productos cosméticos, como la crema solar, que pueden obstruir los micrófonos, y evitar dejar las prótesis dentro del coche o en estuches expuestos al sol.
Para quienes dependen de las prótesis auditivas para hacer funcional su capacidad de oír, cualquier fallo técnico genera ansiedad. “Procuro hacer el mantenimiento y limpieza que nos aconsejan, porque son básicos en mi día a día”, comenta Alfonso. Aunque no ha tenido problemas graves, reconoce que el verano implica una logística adicional: “Salir de casa conlleva llevar contigo todos los accesorios que necesitas para el uso diario del audífono o el implante”.